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La televisión es el medio del guionista. Este mantra, que no por repetido hasta el hastío haya perdido verdad, hace que uno se cuestione hasta qué punto el trabajo de un director puede ser personal, a no ser que forme también parte de la sala de guionistas o ejerza funciones de co-showrunner o de director/productor de la serie. Y aún así es difícil. El empleo de director televisivo no fijo es algo desagradecido, pues esencialmente se espera que sea un profesional estándar eficaz, que acabe el capítulo en los días asignados, que no se salga del presupuesto y dirija bien al reparto. ¿Qué venga con ideas propias que cambien lo establecido por el equipo? No. El director de fotografía de una serie, normalmente el mismo o parte de un grupo recurrente, es el que establece las reglas en una producción en constante movimiento. El único momento en que se puede decir que un/a director/a puede crear las pautas estilísticas a seguir es cuando se están creando susodichas pautas. Esto es, en el piloto de una serie. La persona encargada de rodar el piloto lo hará con un estilo que seguirán todos los que vengan después.