domingo, 6 de julio de 2014

Disney como espacio de transgresión visual


 



Fundada en octubre de 1923, The Walt Disney Company se ha convertido con el paso del tiempo en una de las compañías dedicadas a la comunicación masiva y a la generación de productos de entretenimiento audiovisual más importantes del mundo. Aunque actualmente se dedique a múltiples negocios como la televisión por cable, la producción de largometrajes o parques temáticos, la marca Disney todavía se asocia principalmente al sector en el que se desarrolló: la animación. Sin duda, las películas de dibujos animados de Disney (conocidas generalmente como "los clásicos") son una de las franquicias más potentes de la industria audiovisual actual. El impacto de estos largometrajes en la evolución de las técnicas de animación, en la configuración de una estética propia, en la generación de iconos culturales y en la transmisión de valores es indudable y ha sido estudiado desde múltiples campos. Dado que la inmensa mayoría de los espectadores entra en contacto con estos productos durante la infancia, se produce una profunda asociación entre estas obras y la sensación placentera que provocara entonces. Este gusto por Disney se aloja pronto en las personalidades infantiles, propiciando una asimilación que generalmente impide una aproximación crítica al mensaje que films como La bella durmiente (1959), La sirenita (1989) o Mulan (1998) ofrecen.


Desde hace varias décadas son numerosos los investigadores que desde la teoría fílmica feminista, la teoría queer o la educación mediática han analizado con detenimiento los valores y las ideas que son transmitidos (directa o indirectamente, narrativa o visualmente) en las producciones Disney más exitosas. Publicaciones como Diversity in Disney Films: Critical Essays on Race, Ethnicity, Gender, Sexuality and Disability (2013), Mouse Morality: The Rhetoric of Disney Animated Film (2002), o From Mouse to Mermaid: The Politics of Film, Gender, and Culture (1995) han abordado de forma crítica la construcción de la identidad de género, la representación de otras culturas, la invisibilización de la homosexualidad, o la ausencia de elementos sexuales. No obstante, por pertinentes y acertadas que fueran muchas de las observaciones y reflexiones recogidas en obras de este tipo, lo cierto es que apenas llegaban al gran público por su naturaleza académica. Pero esto parece estar cambiando recientemente gracias al desarrollo de los social media y a la actividad de ciertos usuarios, artistas y creadores que han sabido aprovechar las nuevas posibilidades comunicativas para desarticular la imaginería y el discurso típicamente "Disney".

Comencemos con la obra del artista mexicano José Rodolfo Loaiza Ontiveros, quien ha realizado multitud de cuadros recreando a los personajes Disney más famosos en situaciones poco convencionales. Por ejemplo, en su colección titulada DisHollywood, nos presenta a nuestros iconos infantiles en actividades delictivas y poco ejemplarizantes como son el consumo de drogas o la utilización de esteroides. Se trata de una visión paródica y provocadora que satiriza tanto el puritanismo de los clásicos Disney como el estilo de vida excesivo que se atribuye a Hollywood, conformando en última instancia una crítica a la hipocresía de la sociedad estadounidense.




También ha realizado cross-overs ciertamente particulares en los que personajes de Disney se encuentran cara a cara con asesinos en serie propios del cine de terror, lo cual permite introducir una sensación de violencia más física, real y fatal que la que presenciamos en los cuentos de hada.



Otras imágenes simplemente insertan referencias a iconos populares (desde Lady Gaga a Britney Spears), lo cual permite unir en el mismo plano de "irrealidad" a estos iconos mediáticos con fines obviamente cómicos.



Otra colección destacable es Disenchanted, en la que muestra a varios personajes Disney en actitudes homoeróticas. Además del acto reivindicativo, no podemos evitar encontrar una relación directa con la slash fiction y los doujinshi yaoi, populares productos culturales que se basan en el mismo principio (insertar a personajes heterosexuales en su universo ficcional original en situaciones eróticas de corte homosexual).



En una línea similar, la fotógrafa canadiense Dina Goldstein ha llevado a cabo un proyecto titulado Fallen Princesses (Princesas Caídas) en las que muestra a las princesas Disney en situaciones propias de nuestra vida diaria. En una entrevista explica el origen de esta colección de fotografías: "mi hija era muy pequeña y se estaba introduciendo en toda esa cultura de las princesas Disney y, al mismo tiempo, mi madre fue diagnosticada con cáncer de pecho (ahora ya está recuperada). Empecé a pensar: ¿qué pasaría si esas princesas tuvieran que enfrentarse al cáncer, o al discurso financiero, o a cualquiera de los problemas de la vida real que la gente tiene que afrontar?". El resultado es una serie de fotografías que, al contrario de las imágenes realizadas por Annie Leibovitz en las que se perpetúa el imaginario Disney, ofrecen una descontextualización de las princesas, que son enfrentadas con los males y los problemas que afectan a los espectadores.




Por último mencionaremos la serie Unhappily Ever After (Infelices para siempre) a través de la cual el animador neoyorkino Jeff Hong también pretende concienciarnos sobre problemas reales a partir de los personajes de Disney. A diferencia de la obra de Loaiza y Goldstein, que trabajan únicamente con ilustraciones y fotografías respectivamente, Hong integra ambos tipos de imagen para hacer más evidente el contraste entre los personajes de animación y la realidad propia del conflicto. Así, con esa incongruencia entre personaje y entorno, consigue humanizar a las víctimas de problemas como el maltrato animal, la contaminación, o la pobreza. Consigue poner de manifiesto el impacto emocional que supone ver a un ser querido (o reconocible) como Ariel o Dumbo sufriendo un problema social que estamos habituados a asociar con "víctimas anónimas".





La obra de estos tres artistas gráficos es sintomática de los procedimientos que actualmente utilizan multitud de usuarios y fans para crear imágenes, relatos y vídeos inspirados en sus productos culturales favoritos. Desde los mashups a los fan-arts, cada día podemos observar en nuestras pantallas numerosas re-contextualizaciones y re-interpretaciones de personajes que hace unas décadas eran intocables. La tecnología digital, la difusión viral y la cultura de la customización están posibilitando una relación más flexible con los iconos de la gran pantalla. Así, los famosos y entrañables personajes de Disney, debido precisamente a su universalidad y a los valores que representan, ofrecen una espacio de transgresión privilegiado a través de los cuales es posible visibilizar problemas sociales. No obstante, cabe plantearse si estas estrategias se deben a un deseo auténtico de concienciar o más bien resultan un juego inter-textual cuyo objetivo es convertirse en el viral de turno y gozar de unos instantes de éxito. Es más, ¿podríamos incluso considerar imágenes como estas responsables en parte del tono renovador de los últimos films de Disney, tales como Brave (2012) o Frozen (2013)? ¿Es capaz la creación fan de transformar la ideología dominante de los medios de comunicación tradicionales?


Francisco Javier López Rodríguez


Bibliografía

- Ward, A. (2002): Mouse Morality: The Rhetoric of Disney Animated Film. University of Texas Press.

- Elizabeth Bell, E.; Haas L. y Sells, L. (1995): From Mouse to Mermaid: The Politics of Film, Gender, and Culture. Indiana University Press.

- Cheu, J. (2013): Diversity in Disney Films: Critical Essays on Race, Ethnicity, Gender, Sexuality and Disability. McFarland.

1 comentario:

  1. Los casos que hemos comentado en este post no son los únicos, evidentemente. Hay muchos otros trabajos y creaciones que se basan en el mismo principio. Por ejemplo, el ilustrador Saint Hoax ha usado a las princesas Disney para concienciar sobre el maltrato doméstico o el abuso a menores (https://www.facebook.com/SaintHoax). Y el artista Dan LuVisi ha re-imaginado a varios personajes Disney y de otras series de animación con un tono muy adulto (http://snoopjanstevens.tumblr.com/post/92176281701/theartofanimation-dan-luvisi).

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