jueves, 19 de mayo de 2016

Hijos de la selfiecracia: ¿hacia nuevas narrativas ciberespaciales?


 
Ochenta años antes de la irrupción de las redes sociales en el panorama global, el cineasta soviético Dziga Vertov ya plantearía en El hombre de la cámara —como también haría mucho antes Velázquez en su pintura de Las meninas— la explicitación del sujeto creador en la propia poética fílmica; una suerte de construcción del relato en primerísima persona sobre la que se sustenta la lógica del selfie: ficcionalizar la esfera privada para materializarla en una pieza artística o en última instancia, para socializarla a través de distintos canales expositivos o de difusión. Y aunque la parcialidad es inherente a la creación humana y el ensayo que hace explícito a su creador es una constante en todas las artes, con la aparición de los nuevos espacios comunitarios y de socialización —como son las redes sociales—, este hecho se intensifica y da lugar a nuevas e interesantes formas de creación.