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El objetivo de este post es detenernos a reflexionar sobre las nuevas narrativas que estamos viendo en ficciones audiovisuales de los últimos años. No es nada nuevo hablar de Transmedia, de narrativas expansivas e inmersivas que engloban diferentes medios y que conforman una narrativa superior, un universo, en el que se desarrollan multitud de historias con diferentes personajes. El “Universo Cinematográfico de Marvel” (MCU) es un sencillo ejemplo de esto, con la narrativa serial cinematográfica como “nave nodriza” o discurso principal de la experiencia a la que se suman cómics (creados nuevos para este MCU), webisodios y diferentes series tanto en plataformas OTT de “Vídeo On Demand” (VOD) como en canales de televisión lineales y en abierto. A día de hoy, “las puertas de entrada” al MCU son numerosas e incluso el concepto de “nave nodriza” deja de tener sentido con una hiperconectividad tan compleja. Otro ejemplo más longevo podría ser Star Wars, que continúa expandiendo y mirando hacia delante (con o sin sus fans), o Harry Potter, con rumores sobre una posible serie televisiva y un juego de realidad aumentada a lo “Pokemon Go” en desarrollo.
Como ya definió Jenkins, estas narrativas son seriales y con elementos muy fuertes de continuidad entre las diferentes partes. Además, son exponencialmente expansivas y no paran de crecer. Esto es consustancial a lo ya comentado en este blog cuando hablábamos sobre la macroserialidad, refiriéndonos a los grandes reciclajes televisivos (Expediente X, Twin Peaks o Las chicas Gilmore por ejemplo): “estos retornos televisivos desarrollan verticalmente la posibilidad de narrar historias en el tiempo. Es decir, los amplios periodos temporales que puntúan las sucesivas entregas macro-seriales de las series de televisión generan excelentes oportunidades narrativas”.
En los últimos años, la televisión se está convirtiendo en la plataforma protagonista de estas narrativas expansivas. Las grandes sagas están ahora en la televisión (siempre y cuando entendamos plataformas de VOD como televisión). Y, lo más interesante, muchas de estas narrativas expansivas son, además, participativas e interactivas. Esto es muy importante porque refuerza la inmersión en estas historias. Para Jenkins, toda acción transmedia que no implique una integración de las denominadas audiencias activas o fans, no está aprovechando todo su potencial. Las narrativas son expansivas no solo por su carácter serial y de continuidad en diferentes medios, sino porque los fans construyen, reelaboran, amplían y extienden la historia.
Un ejemplo de este modelo de narrativas inmersivas es la serie noruega SKAM (Norsk, 2015-2017), una webserie que se emitía en tiempo real y que contaba con una expansión transmedia en Instagram, donde los espectadores podían interaccionar con los diferentes personajes. SKAM fue una serie creada en tiempos de movilidad y de móviles. Una serie que llevabas en el bolsillo y que consultabas desde tu smartphone. El fenómeno SKAM fue tan relevante que pronto comenzaron a surgir fandoms que subtitulaban y ordenaban cada una de las piezas de la narrativa noruega a diferentes idiomas. Hoy, el modelo SKAM tiene en marcha una adaptación norteamericana y otra española que serán la semilla de nuevas y más elaboradas narrativas inmersivas. Además, el efecto post-SKAM, ha permitido la aparición de una nueva webserie noruega, Hvor er Thea? (TV2, 2017), que recoge el testigo transmedia de su hermana mayor mezclado con una trama de misterio y desapariciones.
Esta ruptura de la barrera ficcional y real, el aprovechamiento de otros medios y plataformas sociales y la inmersión en la historia también ha cristalizado en la primera serie interactiva española, Si fueras tú (Playz, 2017), basada en la neozenlandesa Reservoir Hills (NZOne, 2012-2014). En esta experiencia transmedia española, el espectador podía interactuar con cuentas de Instagram, Facebook Live o mediante mensajería instantánea en WhatsApp con su protagonista o, incluso, participar como personaje en uno de los episodios finales. Además de todo esto, la serie dejaba al espectador decidir el curso del siguiente capítulo, eligiendo siempre entre dos opciones. Según datos de RTVE.es: “Todos los vídeos relacionados con la serie acumulan más de 2 millones de visualizaciones en todas las plataformas (RTVE.es, YouTube y Facebook), lo que hace que, desde el 11 de septiembre, día de su lanzamiento, la serie se posicione como el quinto programa más visto en RTVE.es en volumen de reproducciones, más de 687.000 visitantes únicos han visitado contenidos de la serie en RTVE.es.”. Con una estructura narrativa interactiva aún más compleja, se presenta también el nuevo producto ficcional serial de HBO, Mosaic, dirigido por Steven Soderbergh que cuenta, incluso, con una app nativa para desplegar la historia.
Si fueras tú es un producto original de Playz, la plataforma de contenidos web de RTVE.es, que está apostando muy fuerte en España por crear contenidos nativos para web y con un fuerte grado de inmersión de los espectadores. Con la serie Inhibidos (2017), Playz plantea una interacción mediante llamadas telefónicas que ocurren en el mismo episodio. El espectador conecta con la serie sus cuentas de Google o Facebook y su número de teléfono para integrarse como un protagonista de la historia. De este modo, cada experiencia de visionado de la serie es única, personalizada y, por tanto, altamente inmersiva.
Movistar + y su apuesta por contenidos seriales de ficción ha estrenado también hace unas semanas La Zona (2017), que propone una experiencia transmedia desarrollada conjuntamente por El Cañonazo y Fluor. En esta experiencia inmersiva, y a través de La Otra Zona, el espectador puede expandir la historia principal mediante podcasts, juegos 360, wikipedias, cuentas de twitter, etc. Probablemente, si dejamos a un lado otras experiencias independientes como “Plot 28” o “El cosmonauta”, se trate de la experiencia transmedia más completa creada para una serie en España.
Teniendo en cuenta el panorama que se ha presentado en estas líneas, podemos sacar dos conclusiones interesantes:
(1) Dentro de poco, lo importante no será pensar en un medio concreto para contar o expandir una historia sino, más bien, pensar en narrativas líquidas que se distribuyan digitalmente y que sean capaces de transformar cualquier medio en una narración. Las posibilidades solo están limitadas por la creatividad de las nuevas narrativas. Un ejemplo: un bot que escribe historias de terror.
(2) Por último, estas nuevas narrativas exigen, al mismo tiempo, un espectador más activo, que participe, interactúe y que desarrolle y entrene competencias digitales en el proceso de inmersión en la historia. Recientemente, hemos estudiado y analizado cómo los espectadores españoles que se consideran fans de películas y series televisivas tienen más destrezas relativas al entorno digital frente a los considerados no fans. Por esto, parece totalmente pertinente, además que necesario, que se desarrollen productos televisivos que apoyen este tipo de narrativas. La apuesta en España por este tipo de ficciones es un laboratorio de creatividad e innovación muy rico en el panorama audiovisual internacional y el punto de partida para un terreno aún por descubrir.
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