jueves, 7 de abril de 2016

The Walking Dead: la suspensión narrativa al servicio de la especulación


 








AVISO SPOILER: el presente artículo contiene referencias directas sobre acontecimientos de la sexta temporada aunque se evitan las alusiones explícitas.

Esta semana se ha emitido el esperado final de la sexta temporada de The Walking Dead (AMC, 2010-), en el que al fin ha podido verse en pantalla al temible villano Negan, uno de los enemigos favoritos de los lectores del cómic por su talante despiadado, su carisma y su salvajismo. Negan se presenta a la audiencia en los últimos minutos del capítulo, demostrando que es la mayor amenaza que han combatido Rick y los suyos hasta el momento, así como sembrando el gran conflicto que se adivina en la séptima temporada de la serie. 

Interpretado por el popular actor Jeffrey Dean Morgan, conocido en la pequeña pantalla por ser el padre de los Winchester en Sobrenatural (Supernatural, CW: 2005-) y Denny Duquette, el paciente más querido que ha pasado por Anatomía de Grey (Grey's Anatomy, ABC: 2005-), su aparición física en la season finale viene precedida por numerosas alusiones realizadas por distintos personajes y por acontecimientos en los que su presencia ausente ha sido obvia durante toda la temporada. Por eso, la primera vez que sale en pantalla, el espectador está completamente acostumbrado a la leyenda que rodea al personaje, lo que se acrecienta con una particular puesta en escena –Negan saliendo de una caravana al más puro estilo estrella de cine rodeado de múltiples secuaces que le profesan una lealtad casi divina. La tardía aparición de Negan viene acompañada por meses de conjeturas sobre el personaje, suposiciones alentadas por los productores que, para caldear más el ambiente, ofrecieron como primera imagen promocional del personaje una foto de él de espaldas portando el iconográfico bate que también utiliza en los cómics.

Pero no sólo la presentación del villano ha venido acompañada de una intensa campaña de creación de expectativas, sino que todo el desarrollo argumental de la sexta temporada ha empleado esta estrategia, lo que ha tenido repercusión en las redes sociales (la serie, emitida en nuestro país en el canal de pago Fox España, ha cerrado esta temporada en quinta posición del ranking social, según los datos aportados por Kantar Media). En el capítulo 3 de esta temporada, el espectador sufría por el futuro de Glenn, uno de los personajes veteranos de la serie, cuyo destino no llegaría a conocerse hasta entregas posteriores, retirándose incluso el nombre del actor (Steven Yeun) de los créditos de la serie durante varios capítulos. Este singular cambio en el opening ejemplifica una clara provocación por parte de los creadores, que cuentan con que se abra debate sobre este hecho en las redes en forma de audiencia social.



Algo similar ha sucedido con el final del último capítulo de temporada, en el que se reproduce una de las escenas más emblemáticas del cómic: la muerte brutal de un protagonista a manos de Negan, que muestra el poder de su bate "Lucille". Al tratarse de una adaptación, el material se hace susceptible para la reflexión por parte del espectador, que se pregunta antes de la emisión si los guionistas van a mantenerse fieles al cómic o, si por el contrario, van a variar el relato original. En ese sentido, el final de esta temporada representa la suspensión completa, el cliffhanger definitivo, pues la audiencia tendrá que esperar hasta octubre y el estreno de la nueva temporada para comprobar si sus temores se han hecho realidad o, si por el contrario, pueden tener esperanzas sobre la salvación de dicho protagonista –es una situación parecida a la que se vive con Juego de Tronos (Game of Thrones, HBO: 2011-), cuyos fans esperan con ansia el retorno de la sexta temporada este mes de abril para comprobar si uno de sus personajes favoritos ha fallecido definitivamente. Aunque el uso del cliffhanger en la ficción televisiva se ha convertido en una práctica muy recurrente para mantener vivo el interés del público, suspensiones tan abruptas como las aquí mencionadas son arriesgadas y no están exentas de cierta polémica, pues muchos espectadores se sienten defraudados por la ausencia de cierre de temporada, como si faltara una pieza fundamental de un rompecabezas que va a tardar demasiado tiempo en colocarse.

The Walking Dead muestra pues la superación del concepto de cliffhanger, utilizando la suspensión narrativa de forma compleja, no siempre acorde al gusto del espectador pero sí completamente al servicio de la especulación de la audiencia, que sufre semana tras semana con el devenir de este apocalipsis zombi, compartiendo esa angustia comunitaria a través de las redes sociales.

Irene Raya Bravo

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